El Caballo de Oros permanece estático, a la espera. Los tonos oscuros en caballo y caballero evocan a la profundidad del vacío, la tristeza de aquel que no logra encontrar su camino. En el arcano se nos presenta al caballero con su mirada fija al símbolo dorado que sostiene en su mano, esperando que éste sea el que le indique la dirección a seguir. Y esto se debe a que, su entrega a la lucha ha sido tan grande que ya no sabe hacer otra cosa.
El Caballo de Oros nos está hablando de esa sensación que tenemos cuando, tras acabar una larga actividad o tras acabar una rutina que nos ha ocupado tanto y tanto tiempo, de pronto algo cambia y nos vemos perdidos, obligados a reestructurar nuestro tiempo y nuestra mente. Nos habla de esa confusión que nos aborda en un principio cuando una costumbre tan anclada en nosotros desaparece, pero que poco a poco vamos asumiendo y acabamos por retomar el rumbo de nuevo. Es por eso que encontramos a caballo y caballero parados, desorientados y esperando respuestas.
Nos habla, pues, de esta situación y nos aconseja que, al encontrarnos en este punto, nos tomemos un respiro, como hace el caballero, e intentemos recordar cómo empezamos y, sobre todo, hacia donde queríamos dirigirnos para recuperar las ganas de volvernos a ponernos en camino.
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Laboral: Persona obsesionada con el trabajo.
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Dinero: Imprevistos que hacen cambiar la economía por completo
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Amistad: Distanciamiento de las amistades.
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Familiar: Alejamiento de los familiares.
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Amor: Estancamiento con la relación sentimental que se está manteniendo o en el caso de estar soltero momento de soledad.