Todo ello puede deberse a que tengas energía negativa a tu alrededor, hayas tenido recientemente un problema de salud que te hace estar más vulnerable o hay falta de armonía en tu hogar y eso te afecta a tu estado emocional.
Para ello, puedes realizar un ritual de protección, de manera que crees un escudo a las malas energías y a la negatividad, y se cree un clima de armonía y positivismo en tu vida, que te de fuerzas para enfrentarte al mundo y te sientas protegido/a.
¿Que rituales son efectivos para la protección?
Uno de los rituales que puedes realizar se utiliza para proteger tu hogar de las malas energías y atraer la concordia. Para ello, necesitarás sal marina, que puedes encontrar en cualquier supermercado.
Llena cuatro recipientes con un puñado de sal, e introduce en cada uno unas gotas de esencia de eucalipto. Coloca cada uno de los recipientes en las cuatro esquinas más separados de tu casa. Abre todas las puertas y ventanas de tu hogar que entre la luz. A continuación, coloca en una mesa una piedra pirita, que aporta fuerza y protege de la mala energía. Al lado, enciende una vela blanca, y pronuncia las siguientes palabras en voz alta: “Sólo luz divina, amor, paz y fortuna entran en este hogar y permanecen en él, guardándonos y protegiéndonos en cada momento”. Concéntrate durante unos minutos y apaga la vela, guarda la pirita en un lugar que puedas llevar siempre contigo, como el bolso, el monedero, etc. cierra las ventanas y vierte todo el contenido de los recipientes en la bañera o ducha y termina dándote un baño con ello. Si no puede ser un baño, al menos frota tu cuerpo con todo y aclárate. Verás como empezarás a sentirte protegido/a y en paz. La energía mala se habrá ido por las ventanas y la vela blanca habrá atraído todo lo positivo a tu hogar, para que estés protegido/a ante las adversidades.
Si quieres realizar un ritual de protección cuando llegas a vivir a una casa nueva, deberás colocar una vela blanca en cada una de las habitaciones. Con las ventanas cerradas, a continuación, unge tus manos con esencia de mandarina, y esparce por el suelo de toda la casa pétalos de rosa blanca. Enciende un incienso de eucalipto, y pronuncia en voz alta la siguiente oración: “Yo (dices tu nombre), me dirijo a ti, guardián de esta casa para pedirte permiso para habitarla y que veles por mi (o nuestra, si vas a vivir con familia) armonía y paz y que las anteriores energías negativas se desvanezcan”. Por último abre las ventanas durante cinco minutos y recoge los pétalos. La vela y el incienso deben dejarse consumir antes de retirarlos.
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