Dentro del mundo esotérico podemos encontrar infinidad de habilidades mágicas. Un grupo característico de estas habilidades es la adivinación. La Onicomancia es un tipo de adivinación muy antigua que se basa en la lectura de las uñas. La adivinación es tan antigua como las civilizaciones. Esta habilidad surge de la necesidad de la humanidad por conocer el futuro.
Historia de la Onicomancia
La adivinación es un tipo de habilidad mágica que surge como respuesta a una necesidad. La Onicomancia pertenece a la Quiromancia, considerada un tipo de adivinación basado en el examen de las manos.
Su origen se remonta a la antigüedad y se piensa que se practicó en China hace 5000 años, y desde allí fue llevada a Grecia donde Aristóteles escribió sobre el tema en el 340 a.C. Durante varios siglos fue usado por científicos como Paracelso (médico suizo del s.XVI). Ya en la antigua Grecia se utilizaba la Onicomancia. Era un método que funcionaba sobre todo en niños y mujeres vírgenes. También se utilizó en Roma y más tarde en la Etapa Medieval.
Este tipo de adivinación era sencillo, pero muy importante que la persona que leyera las uñas estuviera preparada y tuviera gran conocimiento. Ya en 1599, Martín del Río, en su libro ‘Disquisiciones mágicas’ habla de las diferentes artes adivinatorias, donde incluye la Onicomancia.
Se trata de un tipo de adivinación muy antigua, pero poco eficaz. A día de hoy no suele utilizarse aunque en su momento tuvo muchísimo éxito gracias a la exactitud de sus respuestas. Hoy en día, los videntes y adivinos suelen utilizar otro tipo de adivinación más exacta para mostrar las respuestas necesarias a aquel que pregunta.
En Qué Consiste la Onicomancia
La Onicomancia es una técnica adivinatoria que se sirve de la lectura de unas formas que surgen en las uñas. Para conseguirlo, es necesario untar aceite, sebo u hollín en estas, dejarlas secar al sol y observar las figuras que aparecen. La lectura se hace en las dos manos ya que la mano izquierda revela el potencial de nacimiento del sujeto, mientras que la mano derecha el carácter presente y los acontecimientos futuros. Teniendo en cuenta que si la persona es zurda su interpretación será al contrario. También analiza la forma de las uñas, no solo las manchas que aparecen en ellas. Por ejemplo:
- Uñas cortas y anchas: es una persona crítica, de genio vivo y falto de autocontrol.
- Uñas cortas: carácter entusiasta y científico.
- Uñas largas y anchas: de carácter racional, tímido y con buen juicio.
- Uñas de forma de cuña: es una persona muy sensible.
- Uñas anchas y cuadradas: se atribuye a una persona triste, fría y tendencias egoístas.
La forma de las uñas habla sobre cómo es nuestra personalidad. Expresa cómo nos comportamos normalmente y como reaccionamos ante diferentes situaciones. En cambio, con la lectura de las manchas de las uñas, lo que encontramos es la respuesta a las preguntas formuladas. La persona nos dice cuál es su duda, qué es lo que quiere saber sobre su futuro y, tras realizar las manchas con aceite y exponerlas al sol, el adivino será quien interprete y otorgue lo adivinado.