Corre la idea que la Brujería Blanca es mejor que la Negra, que es menos perjudicial, que es más efectiva, que es la «buena» y la otra la «mala». Nos gusta dividir la vida en blanco y negro y solemos olvidar la amplia gama de colores que hay en medio, casi infinitos, quizás incluso más. Y quizás estamos muy equivocados.
No hay brujas malas, ni magos buenos, ni tan siquiera podemos hablar que exista el infierno. Sólo sabemos que hay partes de la brujería blanca que son buenas, pero también muy ineficaces. Cuantas veces no hemos realizado conjuros o hechizos basados en sus conceptos más arraigados en nuestra cultura, y no han tenido efecto alguno?
Seguramente muchas veces. Por ello la Brujería Blanca, no debería tener tanta presencia en nuestras vidas, y abrir la mente a otros tipos de campos mágicos que nos pueden aportar mucho más con menos esfuerzo. Al final, la moral de cada uno es la que genera que una cosa sea «buena» o «mala» . Y utilizar mala brujería para fines «buenos» seguro que no es ningún pecado, todo lo contrario.
Este es un pequeño post que lo único que intenta es reivindicar la excesiva fama positiva de la Brujería Blanca, cuando, llegado el momento no consigue mucho más que cargarnos de buenos pensamientos y ganas de generar buenas acciones. Seguro que entre todos, podemos ayudar para que toda las artes mágicas tengan el mismo reconocimiento.
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Categorías: Habilidades Mágicas