Para la lectura del futuro, se cogen los cuatro trozos y se dejan caer desde una altura de unos 50 centímetros. Previamente, habremos formulado una serie de preguntas fáciles y claras para que se puedan interpretar correctamente. En función de la posición en que caigan los trozos, se obtendrá un significado u otro.
Por ejemplo, si los trozos caen hacía arriba, es decir, con el fruto a la vista, significa paz, salud y prosperidad. Si tres de ellos caen hacia arriba y uno hacia abajo significa un Quizás ya que hay un factor que convierte a la respuesta en inestable. Se puede volver a realizar la pregunta en estos casos, que tienen a estar relacionadas con problemas o situaciones indeseadas.
Si caen dos trozos hacia arriba y dos hacia abajo la respuesta es un SI. Por su parte, si los cuatro trozos caen hacia abajo la respuesta es NO. En caso de que caigan unos encima de otros o de lado, tendrá que ser el adivino quien interprete el significado.
Historia del oráculo de Obis
En la antigüedad fue un sacerdote llamado Blangué el primero en utilizar los cocos para adivinar el futuro. Durante un tiempo, fue el único que conocía el poder mágico de los cocos. Antes de morir, quiso dejar constancia de ello y le enseño a su hijo Adiatoto los secretos del oráculo de Obis.
La primera prueba pública de este arte de la adivinación fue cuando los hermanastros de Adiatoto le quietaron todos sus bienes y herencia. Adiatoto acudió al jefe de la aldea para reclamar sus derechos y bienes. Éste pidió a los hermanastros que le llevasen pruebas de que eran los hijos legítimos de la herencia de Blangué. Evidentemente, esas pruebas no existían. Entonces el jefe de la aldea ordenó utilizar el coco para saber toda la verdad. Adiatoto, por lo tanto, mostró el descubrimiento de su padre ante los ojos de cientos de personas, mostrando cómo el oráculo de Obis decía siempre la verdad.
Cualidades del oráculo de Obis
Como acabamos de mencionar, este arte adivinatorio se utiliza para saber la verdad sobre un hecho pasado que ha vuelto al presente o para predecir el futuro. En estas consultas tiene cabida todo tipo de preguntas, tanto las personales como las profesionales, las sociales e, incluso, se puede preguntar sobre una persona ajena. En este último caso, esa persona debe estar presente en el momento de la adivinación.
Respecto a la forma de las preguntas, deben ser entendibles, cortas y simples. Suelen tener mucho éxito aquellas que se responden con un simple Si o No. Cuando las preguntas requieren de una pregunta más larga, los cocos darán la respuesta aunque la interpretación y la capacidad del adivino también entrarán en juego.
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Fátima Molina Tarotista y Vidente
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